Desde que tengo uso de razón, que aunque a veces no lo parezca es desde hace muchos y muchos años, cada vez que me preguntaban qué quería ser de mayor, yo decía que periodista. También había días que decía policía o farmacéutico, pero eran muchas menos. Lo de ser periodista es lo que realmente quería. Y sé que como yo, hay muchos compañeros de profesión cuya vocación se remonta al tacatá.
Hoy es el Día Mundial de la Libertad de Prensa. Una jornada, como otra cualquiera, para poner de manifiesto la precaria situación que atraviesa el sector. Sueldos de risa, horarios interminables, intrusismo laboral, prácticas no remuneradas… Muchas y muy variadas son las dolencias de la profesión.
En muchos lugares de nuestro país hoy se van a celebrar concentraciones denunciando la precaria realidad de los periodistas españoles. Físicamente no podré estar en ninguna, pero aquí va mi granito de arena.
¡Feliz Día Mundial de la Libertad de Prensa! Pero por encima de ello, mucho ánimo para afrontar esta situación y seguir luchando por lo que de verdad nos gusta. Ya sabéis, sin periodistas, no hay periodismo, y sin periodismo, no hay democracia.