Cuando mi madre supo que ‘La muerte no huele a nada‘ iba a ser publicada, cogió el teléfono y llamó a amigos y familiares para que conocieran la noticia y, claro está, para que compraran un ejemplar.
Algunos meses después, cuando se puso fecha para la presentación en Linares, además de volver a llamar a todos los conocidos, fue a una copistería e hizo una treintena de carteles anunciando el evento, que repartió por la mayoría de los comercios de la ciudad.
Después, cuando se enteró de que la novela estaba nominada a los Premios Shangay, sacó su máquina de escribir (sí, de esas que hacen doler los dedos meñiques) e hizo papelitos con la dirección de la página web donde se podía votar. Esos papelitos los metió en su monedero y los ha ido entregando a todo conocido con el que se ha cruzado en los últimos meses.
Así que ya es oficial. Mi madre es mi community manager analógica. Porque no tendrá ni idea de crear eventos, retuitear u ordenadores. Pero con el teléfono, la máquina de escribir y su innato don comercial no hay quien la supere.
¡Gracias mamá!
Por cierto, ya hay fecha para la gala de los Premios Shangay. Será el próximo 27 de marzo. Así que se puede votar hasta el día 16. Aquí os dejo el link por si a alguien le apetece. Se agradece el apoyo, claro que sí.
Un poco de frescura y de desmitificación del concepto!!! Una sonrisa para emepezar el día. Gracias!
Si es que madre no hay más que una. Suerte, espero que te den ese premio tan merecido.
Fans total de tu madre claro.
Deberían juntarse con la mía.
¡que grande tu madre! y sobre todo….¡sin tanta tecnología! 😀
Ay, Carmela!!!! TU SI QUE VALES.
Mucha suerte Javier
Sí que vale, sí. Un placer veros por aquí. 🙂 ¡¡Muchas gracias!!
¡Muchas gracias a todos! 🙂