Se acaba 2018 y tenemos a la vuelta de la esquina un nuevo año. Así que no hay mejor momento que este para definir esos objetivos que van a marcar los próximos 365 días. Coge papel, bolígrafo y lápices de colores porque en este post te voy a hacer trabajar. ¡Empezamos!
Dejar de fumar, retomar el gimnasio o ponerse las pilas con el inglés son algunos de los objetivos super clásicos que nos marcamos al inicio de año. Objetivos que, por lo general, no suelen ir más allá del 10 de enero.
Pero tranquilo, porque aquí te voy a dar algunas claves para definas correctamente tus objetivos y te comprometas de verdad con ellos.
Sé realista
A la hora de determinar tus objetivos, no dudes en soñar a lo grande, pero a la vez sé realista. Realista, sobre todo, en la cantidad de objetivos y en el tiempo en el que los quieres conseguir.
No sirve de nada llenarnos la agenda de proyectos, porque lo más probable es que nos agobiemos y acabemos dejándolos todos a medio terminar.
Tampoco es eficaz querer conseguirlos en periodos de tiempo breves o excesivos porque nos frustraremos ante el fracaso o nos aburriremos de tanto insistir.
En definitiva, sé honesto y específico a la hora establecer tus objetivos, y anótalos en tu cuaderno para tenerlos bien presentes.
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Busca tu motivación
Una vez tengas definida la lista de metas, busca una motivación para cada una de ellas. ¿Cómo? Sencillo: pregúntate para qué quieres alcanzar estos objetivos.
Ojo, céntrate en el para qué, no en el por qué.
El para qué te centrará en los beneficios que obtendrás y te impulsará hacia el futuro, te motivará a la acción o, lo que es lo mismo, te motivará a ponerte en marcha.
Por ejemplo, en el caso de estudiar inglés:
- ¿Por qué es tu objetivo? Porque es importante para tu trabajo.
- ¿Para qué lo quieres conseguir? Para conseguir un ascenso que te va a reportar diferentes beneficios.
Si tu objetivo es ir al gimnasio:
- ¿Por qué? Porque el ejercicio es necesario o porque quiero estar más delgado.
- ¿Para qué? Para estar más ágil o para sentirme mejor.
¿Notas la diferencia entre el por qué y el para qué?
Así que deja fluir tu imaginación y anota al lado de cada objetivo todos los para qué que se te ocurran en cada uno de ellos.
Haz un plan y pasa a la acción
Si te limitas a enumerar sin más los objetivos, solo tendrás un puñado de sueños. Pero para que sean objetivos de verdad, tendrás que hacer un plan y pasar a la acción.
Sin acción no hay nada. Quedarte sentado en el sofá esperando a que tus objetivos se cumplan por sí mismos es absurdo. Debes ponerte manos a la obra si quieres que realmente tus metas se materialicen.
Dibuja tus objetivos
Para no tener solo una lista, quiero compartir contigo una herramienta que te va a permitir tener muy presentes tus objetivos a lo largo del año. Esta herramienta consiste en que los dibujes.
Sí, tal y como lo lees. Dibujarlos.
Coge una cartulina de tamaño cuartilla (A5) y ponte a dibujar esas metas que quieres conseguir, sin utilizar palabras. Representa de forma gráfica tus objetivos.
Antes de hacerlo, es muy importante que lo hagas con la sensación de que ya los has conseguido. Es decir, no sientas ansiedad o deseo, sino calma, satisfacción y felicidad de que ya forman parte de tu vida, de que ya son una realidad para ti.
Y, por supuesto, mucha gratitud por haberlos alcanzado.
Dale color a esos objetivos, recréate en todo lujo de detalles.
Una vez tengas terminado el dibujo, coloca la cartulina en un corcho de tu despacho, en el fondo de escritorio de tu ordenador o tu smartphone, o en cualquier otro lugar donde lo tengas muy presente.
Así, cada día le recordarás a tu mente cuáles son esos objetivos que quieres conseguir y se centrará en hacer cosas que te aproximen a ellos.
Recuerda que todas nuestras vivencias son las que nos han traído a nuestro presente y que detrás de algo que creemos que es negativo se puede esconder nuestro mayor éxito.
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