Anoche mi madre me contó que le habían preguntado de qué iba la novela y que no había sabido qué responder. Y no la culpo. Yo también llevo meses escuchando esa misma pregunta y todavía me cuesta explicarlo.

‘La muerte no huele a nada‘  trata de amor. Y de muerte. Y de miedo. Del miedo al amor y del miedo a la muerte. Todo ello contado en primera persona desde el punto de vista de un personaje obsesionado por sentir y saber y seguir viviendo.

He de reconocer que estoy contento con el resultado. Por supuesto que la novela podría ser mucho mejor. También mucho peor. Pero lo importante para mí es que había algo muy concreto que quería lograr en ella. Y tengo la sensación de haberlo conseguido.