Hace algunos años viví una experiencia personal que me hizo aborrecer los libros de Jorge Bucay. Tanto fue así que hoy en día sigo teniéndole una tirria bastante considerable. ¿El motivo? A continuación.
Hará unos 12 años atravesé una ruptura sentimental que me hizo sufrir muchísimo. Lo pasé francamente mal. Pues bien, a los dos días de esta ruptura, dos amigos diferentes se presentaron en casa con otros tantos libros de Jorge Bucay.
El objetivo era que los leyera para animarme y recuperarme cuanto antes.
La intención era buena, claro que sí. Y les agradecí mucho este gesto. Pero la realidad es que no era lo que yo necesitaba en aquel momento.
No estaba para leer mensajes positivos. Ni siquiera estaba preparado para dejar atrás el sufrimiento.
Lo que yo necesitaba era sentirme triste con total libertad y llorar la pérdida que acababa de experimentar.
Pensamiento positivo mal entendido
Esta historia personal es un reflejo de lo que vivimos actualmente en nuestra sociedad. A menudo, se nos intenta obligar a estar felices y positivos todo el tiempo.
Como yo lo veo, tenemos poca tolerancia hacia el sufrimiento ajeno y también hacia el propio. Queremos que las emociones que tildamos como negativas pasen cuanto antes para vivir en un continuo estado de positividad absurda que, lejos de ayudarnos, en realidad nos perjudica.
https://www.youtube.com/watch?v=aDVaPanb16
Lo cierto es que no existen emociones positivas ni negativas. Todas tienen su función, aunque no lo entendamos o nos provoquen sensaciones que nos incomodan.
Por ello, debemos darnos la libertad de sentir las emociones, para poder gestionarlas adecuadamente y afrontar lo que vivimos de una manera saludable.
Solo así, podremos seguir creciendo y potenciando nuestro desarrollo personal.
Mr. Wonderful ante la pérdida de un familiar
Esto me hace recordar otra situación que viví hace poco tiempo.
Yo trabajaba en una agencia de comunicación y uno de nuestros clientes recibió una terrible noticia: su madre estaba muy enferma de cáncer e iba a fallecer en poco tiempo.
La que entonces era mi jefa tuvo una idea para ayudar a este cliente en su dolor: le solicitó a un diseñador gráfico que elaborara un cartel motivacional al más puro estilo Mr. Wonderful.
La frase de dicho cartel era algo similar a esto: “Siempre es un buen día para sonreír“.
Ante todo esto, no podía salir de mi asombro. ¿Realmente alguien puede creer que un cartel motivacional puede mitigar el sufrimiento por la pérdida de una madre?
De nuevo, la intención era muy buena y, por supuesto, de agradecer. Pero en lugar de ayudar, con frases de este tipo en el momento inadecuado, lo que podemos conseguir es crear un sentimiento de culpa en la persona que está sufriendo.
Culpa, porque le transmitimos que en lugar de la tristeza que siente, lo que debería es estar contento, a pesar de las circunstancias. Y eso echa más leña al fuego. Provoca una mayor frustración.
Vivir las emociones con libertad
Por todo ello, es importante que nos permitamos y permitamos a los demás vivir las emociones con naturalidad.
Sentir tristeza ante una pérdida es normal.
Sentir rabia ante una injusticia es normal.
Sentir miedo ante un peligro es normal.
Normal y saludable.
Eso sí, hay que vivirlas y gestionarlas, y una vez que lo hemos hecho, seguir adelante. Lo que puede ser perjudicial y no tiene sentido es anclarnos en una emoción que calificamos como negativa para permanecer largo tiempo en ella.
Una vez que ha cumplido su función, hay que seguir adelante.
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Claramente no es un escritor de recursos fascinantes, más bien maneja una simpleza (intencional o no) que lo hace más accesible o fácil de vender.
Independientemente de esto, no deja de sorprenderme las palabras y precisamente las emociones que elegís para redactar este post… luego de leer a que te dedicabas, llegue a un nivel de asombro superlativo, al punto de decidir escribirte cuando no está dentro de mis hábitos este tipo de cosas.
Quizás esperaba argumentos más sólidos… que me hagan dudar de la veracidad, utilidad, o impacto de las obras de este señor narcisista Jorge bucay.
Y me encontré con la palabra odio.. que ya es como mucho… y un rechazo categórico a un generador de contenido (que algo habrá hecho bien, supongo, no?) y un fundamento absolutamente personal, con una carga 100% emocional !
Casi como evidenciar la incapacidad de ver la otra cara de la moneda, no? Por un mal registro… un mal momento vivido, como odiar una canción asociada a un mal trago, que digo!? Una canción no! Odiar al artista y toda su obra!
Para pensar…
Más allá de lo anterior… la premisa es buena
Hola, G:
Si has leído el post atentamente y visto el vídeo, no odio a Jorge Bucay como escritor, ni mucho menos como persona. Tal y como cuento, mis sentimientos hacia él vienen propiciados por algo que yo viví y que poco o nada tiene que ver con él. No es más que la excusa para hablar de lo que realmente me interesaba: la gestión emocional y la importancia de darnos la libertad de sentir tristeza o cualquier emoción considerada como negativa cuando es necesario. No le des tanta importancia a ese odio. Créeme, no la tiene.
Gracias por tu comentario. Espero que no sea el último.
Un abrazo.