La vuelta al cole es un momento lleno de felicidad para muchos niños que viven con ilusión el reencuentro con sus amigos. Pero para otros muchos niños, esta misma vuelta al cole es un momento lleno de miedo y sufrimiento por el acoso escolar al que se ven sometidos a causa de su orientación sexual o identidad de género.
Sin ir más lejos, la semana pasada, Jamel Myles, un niño de apenas 9 años de edad, se suicidó en Estados Unidos tan solo cuatro días después de haber contado en el colegio que era gay. Esta confesión desató una ola de bullying homófobo que llevó al pequeño a acabar con su vida. Este hecho ha puesto de manifiesto, una vez más, la terrible situación de acoso que muchos niños LGTB+ sufren a diario. Un acoso que puede llegar a ser tan duro para la víctima como para que su única salida sea el suicidio.
Ante una situación de bullying homofóbo, cabe preguntarse cuál es el papel que deben cumplir los padres y resto de familiares cercanos. A muchos de ellos les puede pillar por sorpresa, ya que es bastante habitual que las víctimas no se atrevan a compartir la realidad que viven con su entorno. Otros, en cambio, pueden tener una ligera sospecha o, incluso, pueden tener la certeza de lo que está ocurriendo, pero aun así no saber cómo actuar de una forma favorable para la víctima.
Con el objetivo de que, como padre o familiar cercano, puedas afrontar una situación bullying homófobo de un menor, quiero compartir contigo un decálogo de consejos que te puede ser de mucha utilidad.
1. Obsérvale con atención
Es muy posible que para cuando tu hijo se decida a hablar contigo (si es que lo hace), lleve meses siendo víctima de acoso. Algunos de los motivos por los que no te lo ha contado pueden ser que no tiene suficiente confianza contigo, que piensa que no le vas a entender, que se avergüenza o que siente que va a tener que afrontar una salida del armario. Así que por mucho que esté sufriendo, prefiere hacerlo en soledad a compartirlo contigo.
Por ello, es fundamental que le observes prestando especial atención a cambios en su estado anímico, en su actitud, en sus comportamientos, etc. Por ejemplo, si antes era un niño alegre y ahora pasa la mayor parte del tiempo cabizbajo, si sale poco de su cuarto, si rechaza ir al colegio, si ya no habla de sus amigos de siempre, si sus notas han empeorado… Todo esto puede ser una señal de que está sufriendo acoso escolar.
2. Hazle preguntas abiertas
Ante cualquier indicio, siéntate a hablar con él, pero sin que se sienta interrogado. Evita las preguntas cerradas (las que se responden con un sí o un no) y, en su lugar, utiliza preguntas abiertas (las que tienen muchas opciones de respuesta). Es decir, en lugar de preguntar “¿se están metiendo contigo en el colegio?” o “¿estás triste por algo?” opta por “¿cómo van las cosas en el colegio últimamente?” o “¿cómo te sientes cuándo vas a clase?”.
Ten en cuenta que los niños y adolescentes pueden llegar a ser muy parcos en palabras cuando no quieren hablar sobre algo, por lo que con las preguntas abiertas estarás propiciando que hablen más fluidamente.
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3. Practica la escucha activa
Tu hijo necesita tu atención y saber que lo que le cuentas es importante para ti. Tan importante, de hecho, como lo es para él. Así que no te limites únicamente a escuchar como lo harías en cualquier conversación de diario. No utilices únicamente el oído y pon todos tus sentidos al servicio de la conversación. O lo que es lo mismo, practica la escucha activa.
Para ello, ten una disposición total y absoluta en querer escucharle, no dejes que nada te interrumpa, resume lo que te va contando para que sepa que le estás entendiendo y respeta sus silencios y su propio ritmo.
4. Sé empático
La empatía es la capacidad para percibir, entender y compartir las emociones y sentimientos de otra persona, algo que, como puedes imaginar es clave en una situación como esta. No solo debes respetar lo que siente tu hijo, sino que debes hacerle notar que de verdad compartes sus emociones y le das la importancia que tienen.
Si está sufriendo y le restas valor a ese sufrimiento, harás que se cierre y que deje de verte como alguien de confianza, por lo que no volverá a recurrir a ti en caso de que necesite ayuda.
5. Mantén la calma
Que tu hijo esté siendo víctima de bullying homófobo es algo realmente grave, pero es importante que mantengas la calma. Si ve que te estresas, que montas un gran drama o que tú también sufres en exceso, lo único que lograrás es que se alarme más todavía.
Déjale claro que le vas a ayudar, que estás ahí para lo que necesite, que le das importancia al asunto y que es realmente importante para ti, pero todo ello sin dejarte llevar por el dramatismo.
6. Créele sin medias tintas
No le cuestiones. Por lo general, ante una situación de este tipo, los niños suelen decir la verdad. Créele a pies juntillas, incluso aunque haya aspectos de su relato que no te terminen de convencer. Ya habrá tiempo de profundizar más adelante. Ahora, lo importante es que tu hijo sepa que tiene ante sí a un adulto que apuesta por él sin reparos.
Es importante crear un estrecho vínculo de confianza. Para ello, hazle saber que lo que te cuente es confidencial o infórmale de con qué personas lo vas a hablar (el otro progenitor, profesores, etc.), haciéndole ver que es por su bien. Lo último que necesita tu hijo es sentirse traicionado por aquella persona en la que ha confiado.
7. Acéptale por completo
La aceptación de su orientación sexual e identidad de género es fundamental. Puede ocurrir que tu hijo esté saliendo del armario contigo al mismo tiempo que te cuenta el acoso que está sufriendo. También puede ser que niegue ser LGTB+, bien porque sea la verdad o bien porque aún no es consciente de ello. ¡Da igual! El caso es que muestres comprensión y lo aceptes todo sin más.
No des por hecho que el niño es gay porque tenga pluma. Puede perfectamente no serlo. Limítate a dejarle claro que todas las opciones son válidas, que el respeto está por encima de todo y que tu amor no va a variar sea como sea.
8. Establece un plan de acción conjunto
Pregúntale qué es lo que quiere que hagáis para afrontar la situación. Es importante que el niño sepa que se va a hacer algo y que cuentas con él para tomar las decisiones.
Evidentemente, tú eres el adulto aquí, por lo que al final tú eres quien tiene la última palabra. Si tu hijo está bloqueado por el miedo y no quiere hacer nada, tendrás que ser tú quien tome las decisiones y dé pasos adelante. Pero en la medida de lo posible trata de que esté de acuerdo contigo.
9. Comunica la situación al centro escolar
Hablar con el centro donde está estudiando es también clave, algo que vas a tener que hacer sí o sí. Contar con la colaboración de sus profesores va a ayudar a encontrar soluciones, identificar agresores y prevenir futuros ataques.
La coordinación debe ser perfecta, buscando siempre el beneficio y la protección del menor.
10. Denuncia
Valora la gravedad del acoso y no dudes en denunciar si lo consideras necesario. Por mucho que estemos hablando de menores, las agresiones, sean verbales o físicas, son auténtica y pueden tener consecuencias tan sumamente graves como es el suicidio. Para evitar males mayores, denuncia.
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