Salir del armario suele ser un momento bastante complicado. Al final se trata de una situación en la que tienes que dar a conocer a tu entorno algo que, hasta entonces, ha sido un gran secreto para ti. Así que el sufrimiento suele estar presente antes, durante y, a veces, después de ese momento. Por eso, en este post te voy a dar algunos consejos para que salgas del armario sufriendo lo menos posible, así como un entrenamiento para tu mente.
¿Qué opinas sobre la homosexualidad?
Hay algo que debes entender en primer lugar: ser gay no es por sí mismo una fuente de sufrimiento. En absoluto lo es. Si no, todos los gais, sin distinción, seríamos infelices y ya te adelanto que esto no es así. El sufrimiento viene porque consideras como cierta alguna o muchas creencias limitantes que tienes en torno a la homosexualidad.
Creencias limitantes como, por ejemplo, que tu familia y amigos te van a rechazar, que la sociedad te va a considerar un apestado, que vas a estar condenado a vivir en soledad, que ser gay es ser un bicho raro, que no vas a poder conseguir un trabajo en el que te tomen en serio y un larguísimo etcétera.
Es más, es probable que con todas estas creencias hayas imaginado una y mil veces ese momento en el que vas a decirle a tu gente que eres gay. Y sin ánimo de ser adivino, seguro que ya has visto a tu madre llorando, a tu padre dando golpes en la mesa y a tus amigos huyendo lejos de ti.
Evidentemente, si das por reales estas creencias, ser gay va a provocarte mucho dolor. ¿Pero qué tal si empiezas a cuestionarte estas creencias? ¿Qué tal si visualizas otra película en tu mente?
Analiza la situación con objetividad
Algo que puedes hacer para desmontar estas creencias y mitigar el sufrimiento es tratar de analizar con objetividad cómo son las personas de tu entorno para prever una reacción más acorde con la realidad.
Que tu salida del armario les provoque un impacto inicial, no implica necesariamente que te vayan a rechazar o que la situación se convierta en un infierno. Piensa por un lado que llevan muchos años conociéndote y que es posible que ya intuyan que eres gay, por lo que no les sorprenda tanto. También es probable que, aunque de entrada no les cuadre, te comprendan y apoyen básicamente porque te quieren de forma incondicional.
Una situación mucho peor sería que te rechazaran o, incluso, que te agredieran o echaran de casa. Es decir, que de antemano tuvieses claro que esas creencias negativas concuerdan con la realidad. Por supuesto, si tienes motivos fehacientes para pensar que esta podría ser la reacción de tu entorno, sé muy cauto y no des el paso hasta que tengas garantizada tu seguridad. Recurre a un profesional o a una asociación LGTB+ para que te orienten sobre cómo abordar la situación.
https://www.youtube.com/watch?v=O0cT5b7NjqY&
Es el momento de aceptarte
Otro paso que debes dar antes de salir del armario es aceptarte tal y como eres. La lucha que tienes en tu interior por no querer asumir la realidad es otra causa del sufrimiento que estás padeciendo.
Aceptarte es clave. Eres gay y lo vas a seguir siendo durante todo el resto de tu vida. No es algo que vaya a cambiar. No puedes dejar de ser gay. Así que cuanto antes lo asumas, antes dejarás de sufrir por ello.
Ante todo, sé natural
Muchas veces pensamos que salir del armario tiene que ser un momento solemne lleno de importancia. Un momento en el que debes reunir a toda la familia en una habitación para soltar un discurso bien medido que empiece por “SOY GAY”. Tanta relevancia le damos, que la presión, el estrés y la ansiedad hacen acto de presencia.
En lugar de esto, ¿qué te parece apostar por la naturalidad? ¿Qué tal aprovechar un momento informal con tus padres para decir algo así como “hay un chico que me gusta”? ¿Cómo crees que sería decir a tus compañeros de trabajo “este fin de semana fui con mi novio al cine y vimos una película que nos encantó”? ¿No sería mucho más sencillo y menos estresante?
En definitiva, acepta, relájate y fluye. Salir del armario puede ser un momento bonito, lleno de tranquilidad, que recuerdes de forma positiva el resto de tu vida.
Entrena tu mente
Llegados a este punto, te propongo que entrenes tu mente para que estés bien preparado a la hora de salir del armario, a través de una técnica muy eficaz, la visualización. Unos párrafos antes, te decía que seguro que has imaginado en multitud de ocasiones ese momento de salir del armario con una anticipación bastante negativa.
Así que prueba a hacer lo mismo pero desde un punto de vista positivo. Es decir, dedica varios momentos del día a visualizar mentalmente la situación, aportando tanto detalle que hasta llegues a tener sentimientos reales.
Para ello, busca un sitio donde no te molesten. Siéntate o túmbate y medita durante unos minutos. Una vez que estés relajado y con la mente en calma, imagínate con esa persona o personas a las que les vas a contar que eres gay y mantente tranquilo, sosegado, sin rastro alguno de ansiedad o estrés. Elige bien las palabras que vas a utilizar y esboza una sonrisa en tu rostro (así el cerebro recibirá el mensaje de que todo está bien).
Visualiza también la reacción que van a tener esas personas. Que sea una reacción positiva. Te abrazan, te besan, te apoyan. Te dicen lo mucho que te quieren. Otorga a la imagen todo lujo de detalles y sensaciones: temperatura, olores, colores… Todo lo que puedas.
La mente no es capaz de distinguir cuando algo está ocurriendo de verdad o es solo imaginación. De este modo, a base de repetir esta visualización, cuando llegue el momento real, tu mente lo habrá vivido bastantes veces y estará entrenada para afrontarlo de una manera más relajada.
Es cuestión de constancia. Entrena a diario y tu mente llegará preparada para salir del armario con el menor sufrimiento posible.
Si deseas tener una sesión de diagnóstico gratuita para empezar tu proceso de Coaching, no dudes en contactar conmigo.