Reseña publicada en Ambiente G.
A veces la trayectoria vital propia no es tan original como uno podría llegar a creer. De repente, abres un libro y te das cuenta de que los detalles son lo único que marcan la diferencia entre tu vida y la de un tercero, hasta la fecha desconocido. Detalles en forma de momentos, lugares, actores y épocas, que en realidad ocultan emociones, miedos y procesos prácticamente idénticos.
Ese es el mérito de Luisgé Martín (Madrid, 1962) en su último libro ‘El amor del revés‘ editado por Anagrama: haber escrito una autobiografía en la que en realidad narra la biografía de muchos homosexuales de ayer, de hoy y seguramente de mañana.
Porque en ese aspecto de su vida es en el que Martín se centra a lo largo de las 280 páginas del libro. La homosexualidad, incluso por encima de él mismo como personaje, es la gran protagonista de la obra. Tanto es así, que el autor consigue dibujar la realidad que vivían en España los gays en los años 70 y 80. Bueno, más que en España, en Madrid, escenario donde se desarrolla la mayor parte de la historia.
Con una valentía digna de alabanza, Martín nos adentra en sus años de adolescencia y juventud, para llevarnos de la mano por las diferentes etapas del duro proceso de aceptación de la propia homosexualidad. Primeros rechazos, primeros amores, primeros miedos, primeras libertades.
Pero sobre todo, encontramos al gran bache de la felicidad cualquier gay, la homofobia. Homofobia externa y, por supuesto, homofobia interiorizada. De esa que te impide aceptarte a ti mismo y a aquellos que son como tú. De nuevo, es de valientes gritarle al mundo que, aun siendo gay, has llegado a ser el más homófobo de la selva.
Y aquí es donde cobra sentido la necesidad de Martín de escribir este libro, por en realidad más que una autobiografía estamos ante un acto de conciliación con su propio yo y también con los demás. “…los mayores paladines de la homofobia han sido, a lo largo de la historia, los homosexuales, instruidos en creencias ponzoñosas que, proclamadas por ellos, transmitidas de su propia voz, acreditaban más ferozmente las acusaciones de los inquisidores. Este libro es, en cierto modo, el inventario de mis arrepentimientos, de las mentiras que acepté con mansedumbre”, explica en su páginas.
No es difícil reconocerse en los pensamientos, actos y sentimientos de aquel Martín adolescente. Ese que peleaba en contra de su propia naturaleza de cucaracha, de monstruo asqueroso que por el mero hecho de serlo estaría siempre destinado a vivir en la más absoluta ocultación como el mismísimo Gregorio Samsa.
Es un alivio comprobar, también gracias a las palabras de Martín, que en la vida todo mejora, que el amor del revés se acaba poniendo del derecho. Aunque nunca hay que confiarse. Hasta en la última línea de la vida, podemos sufrir un nuevo revés. Avisados quedamos.
A continuación os dejo un vídeo en el que hablo de ‘El amor del revés’.
Sitio oficial | Anagrama