Últimamente se ha puesto de moda la equis. Ya no para designar películas pornográficas o para referirse despectivamente a una persona a la que consideramos un don nadie. No. Ahora la equis se empieza a utilizar también como recurso para esa cosa horrenda denominada “lenguaje no sexista”. Como si lo sexista fuese el lenguaje y no las personas que hacen uso de él.
Resumiendo, y a modo de ejemplo, en lugar de decir “todos” para referirse a un grupo formado por hombres y mujeres, primero se pasó a “todos y todas” por aquello de que ellas no se sintieran excluidas. Como aquello quedaba imposible de leer en documentos más o menos largos, se pasó a la aberrante utilización de la arroba, tal que así: “tod@s“. Al parecer, como esto no parecía suficientemente feo, ahora la alternativa es la equis. O sea: “todxs“. Y se han quedado tan panchos. ¿Bonito, eh?
Lo primero que hay que decir es que el lenguaje no discrimina. En gramática no se habla de sexo, sino de género. Para ser más exactos, géneros masculino, femenino y neutro. En este sentido, la norma indica que para referirse a un colectivo mixto se utiliza el género masculino. Y no, no es discrminación, sino el uso de la posibilidad lingüística más simple ofrecida por el castellano. Recordemos, que se tiende a la facilidad y la economía.
En definitiva, las arrobas, las equis y demás parafernalias no solo no son correctas, sino que son impronunciables en el castellano hablado. Así que no entiendo donde está la gracia de adoptar esta moda que, sencillamente, atenta contra nuestra propia gramática.
Como esto siga así, me temo que llegará el día en el que yo sea periodisto. O periodist@. O periodistx. O vete tu a saber qué cosa nueva se inventan. Y no. No estoy dispuesto en absoluto. Avisado queda.
Creo y defiendo firmemente la igualdad entre todas las personas. Pero separemos, por favor. Ni las equis, ni las arrobas, ni convertir en infumables textos y discursos plagados de “todos y todas” van a ser los que logren la igualdad plena entre hombres y mujeres. La clave está, sin duda alguna, en la educación basada en el respeto. Centrémonos en ello.
mira que me da coraje, eh? pero no estoy nada de acuerdo contigo. El lenguaje es la expresión más potente, clara y directa del modo en el que organizamos nuestro pensamiento, y por lo tanto nuestra manera de ver la vida. El hecho de que no se utilice el femenino a la hora de referirse a un colectivo, de alguna manera más o menos sutil anula la presencia de la mujer en ese colectivo, se las oculta e ignora. Efectivamente, el lenguaje, al ser algo inerte, no es susceptible de ser calificado como sexista, guapo o feo, pero si pone de manifiesto lo que hay detrás. ¿No te parece curioso que la palabra “genio” no exista en femenino? Además, utilizando un lenguaje que huya del patriarcalismo, poco a poco vamos creando igualdad, que al final es de lo que se trata.
y no me seas demagogo, hombre. tú serás siempre periodista, del mismo modo que yo seré siempre abogado, pero me encanta que haya también abogadas, juezas, fiscalas…
Uy, si a mí me encanta que estés en contra, jejeje.
A ver, no es demagogia. ¿Por qué si se ha creado el término “médica” no se puede crear el término “periodisto”? Sería lo mismo, me temo. Pero vamos, de todas formas, no veo mal que a medida que la mujer se haya incorporado al mundo laboral se hayan creado los equivalentes en género femenino de las profesiones tradicionalmente desempeñadas por hombres.
El mayor problema viene con los grupos mixtos. Podría entender que la mujer se sintiera excluida y que para evitarlo se utilizaran términos algo más neutros como “personas”, en lugar de “hombres y mujeres”. Pero que para evitar esto haya que recurrir a escribir/decir: “Queridos y queridas alumnos y alumnas” o “Queridos/as alumnos/as” o “Querid@s alumn@s” o “Queridxs alumnxs”, pues chico, por ahí no paso. Me parece un sinsentido brutal, que no solamente va en contra de la norma, sino de la propia naturaleza del lenguaje de tender hacia la minimización.
Seguro que las sillas se sienten muy discriminadas cuando usas el género femenino para referirte a ellas, con lo cómodos que se sienten los sillones cuando se les nombra en masculino. sin embargo, los bancos y las banquetas no tienen tan clara su identidad de género… a veces les llaman bancas o banquillos y se encuentran muy confusxs.
¿No te parece curioso que la tortuga tenga una única forma femenina para designar una realidad sexuada? Pretender que hay una intención de discriminación el desarrollo gramatical de la lengua es como que evolución de los animales el objetivo es que fenezca tal o cual especie.
Lo que nos debería preocupar es si se dice abogado o abogada. Lo que nos debería molestar es que alcaldesa se haya usado con el significado de “esposa del alcalde” o que en inglés se haya dicho durante mucho tiempo “businessman”. La discriminación está en lo semántico que sí obedece a una estructuración de la realidad más o menos consciente. Lo gramatical no en la medida que es puro avance en cierto modo evolutista y azaroso.
qué me gusta el verbo fenecer…
😀
Estoy totalmente de acuerdo con todo lo que has dicho. Sobre todo con la parte en que es una soberana gilipollez crear un uso lingüístico que es irrealizable en la lengua oral. Esto se te llenará de feminazis extremistas (contra las personas feministas moderadas y sensatas no tengo nada en contra, más bien al contrario) que se dedicaran a trolear como fruto de la indignación.
Bueno, los trolls siempre dan vidilla. 🙂
yo suelo utilizar la barra / y el os/as.
Pues tampoco me gusta. 🙂
¿Y por qué no utilizar el femenino para economizar y facilitar la lectura de un texto?
A mi personalmente tampoco me gustan las arrobas y las x, por eso siempre trato de utilizar palabras más generales. Por ejemplo, en lugar de decir Día Internacional del Niño, sustituirlo por Día Internacional de la Infancia.
Supongo que utilizar el género femenino habría sido igual. Pero lo cierto es que el masculino es el que se ha utilizado siempre.
Vamos, que no estoy en contra de que se utilice el femenino en lugar del masculino, si así se estableciera. Lo que me parece absurdo es tener que especificar cuando se trata de un grupo mixto para no herir sensibilidades.
Se trata de utilizar un lenguaje inclusivo.
Estamos en un momento de la historia en que las mujeres han entrado de lleno en la sociedad. También deberían hacerlo en el lenguaje que usamos, ¿no crees?
Sin embargo, me inclino más por crear nuevas fórmulas, como utilizar palabras genéricas.
Ahora un ejercicio de imaginación:una lectura de la biblia haciendo uso del género femenino. Cambiaría radicalmente.
A favor de los genéricos, pero sin abusar. Insisto: el lenguaje no es sexista y no excluye a las mujeres. Por utilizar el género masculino para referirse a los grupos mixtos no se está discriminando. Es un error de percepciones personales que asocian el género masculino solo a los hombres. Por aquí decían que, por ejemplo, tortuga es una palabra con género femenino y que incluye tanto si el animal es macho o hembra.
Y lo de la Biblia, claro que sería distinto. Pero por percepción personal, no porque el significado fuese diferente.
Últimamente veo bastante que se usa indistintamente el femenino y el masculino para referirse a grupos mixtos. Al principio me sonaba raro, pero supongo que es cuestión de acostumbrarse, quizás sea la mejor solución, no? Yo sinceramente al hablar y escribir uso siempre el masculino, no es algo que me preocupe, y jamás me he sentido discriminada porque dijeran “vosotros” en un grupo que me incluya.
Sí, tal vez la evolución sea esa: que cuando haya una mayoría de mujeres en el grupo se utilice el género femenino. Y me parece bien, la verdad, aunque sí, suena muy raro de primeras. Pero oye, como bien dices, sería cuestión de costumbre.
Interesante debate, no comparto en su totalidad las opiniones de Javier pero me gusta su enfoque… Yo lo que hago es referirme a un colectivo a veces en masculino y a veces en femenino, no sé si esto será gramaticalmente incorrecto, por ejemplo, a veces digo “las trabajadoras sociales” (y con razón porque somos mayoría) y otras digo “los trabajadores sociales”.
Lo de las “miembras” es una sandez, para qué decir lo contrario.